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Writer's pictureAna Gabriela Duque

¿PUEDES SENTIR LA ARQUITECTURA?


Explorando una Experiencia Transformadora más Allá de los Sentidos



girl in a room listening to music in a green sofa


¿Alguna vez has entrado a un espacio y sentido una inmediata sensación de comodidad, mientras que en otros te has sentido abrumado o desconectado?


La forma en que percibimos nuestro entorno va más allá de los cinco sentidos tradicionales.

Los #arquitectos que se adentran en el ámbito de la #fenomenología, una rama de la #filosofía centrada en comprender los significados que las cosas tienen en nuestras experiencias, busca descubrir las complejidades de nuestra percepción y crear entornos más cautivadores.


Más allá del ámbito de la vista, el olfato, el tacto, el oído y el gusto, la investigación emergente en neurociencia introduce sentidos adicionales que moldean nuestra percepción. El percibirse a uno mismo, la capacidad de percibir nuestros músculos, su ubicación y movimientos, así como el sistema vestibular, responsable de nuestro sentido de orientación y equilibrio en el espacio, desempeñan un papel significativo en nuestra experiencia de la arquitectura. Además, la percepción de sensaciones desde dentro de nuestros cuerpos, como las mariposas en el estómago, añade otra capa a nuestra comprensión de la percepción.


La integración de la fenomenología en la arquitectura se remonta a principios de los años 70, cuando el arquitecto Christian Norberg-Schulz introdujo las preocupaciones de la fenomenología tal como las articuló el filósofo Martin Heidegger. Desde entonces, arquitectos como Juhani Pallasmaa y Alberto Pérez-Gómez han desarrollado aún más este enfoque, mientras que Steven Holl y Peter Zumthor han incorporado teorías fenomenológicas en sus diseños.


Acercarse a un edificio, una ciudad o un objeto dentro de un entorno engloba una multitud de factores que moldean nuestra percepción. Considera la experiencia contrastante de acercarse a una ciudad en medio de un desierto en comparación con acercarse a un pueblo enclavado en un bosque. La visibilidad de una ciudad en el desierto nos permite percibirla directamente, potencialmente alargando nuestra percepción del viaje. Por otro lado, acercarse a un pueblo en un bosque nos cautiva con los elementos naturales circundantes, creando una ilusión de un viaje más corto.


Al acercarnos a los edificios, nuestros sentidos entran en juego. Ejemplos tangibles incluyen el tacto de una perilla de puerta, donde el material, ya sea madera o acero, provoca una sensación diferente. Los olores pueden transportarnos a vivos recuerdos, y los edificios poseen aromas que diferencian un espacio limpio y vacío de una cabaña en el bosque. El sonido de un espacio influye en nuestra percepción, desde el sonido de los zapatos en baldosas de cerámica hasta el suave crujir de un suelo de madera. Las señales visuales, como una pequeña casa a lo lejos con una luz solitaria en la oscuridad, evocan emociones y sensaciones, como el calor de una chimenea. Incluso el gusto puede ser estimulado por elementos arquitectónicos, donde colores y detalles específicos suscitan sensaciones distintas, como se aprecia en las cualidades evocadoras del mármol.


Los sentidos vestibular y propioceptivo desempeñan un papel vital para orientarnos dentro de un espacio. Estos sentidos nos permiten comprender nuestra posición corporal y nuestros movimientos, sentando las bases de nuestra autoconciencia dentro de un entorno.


Cuando diseñamos entornos arquitectónicos, podemos tener en cuenta los 11 estímulos identificados por Steven Holl que impactan en nuestra percepción:


1. Alrededores: Los objetos se perciben en relación con su entorno, por lo que el fondo influye en nuestras impresiones.


2. Movimiento: Nuestra percepción está en constante cambio a medida que nos desplazamos a través del espacio, mientras exploramos los lugares se obtienen una sucesión de imágenes que luego crean nuestra experiencia completa.


3. Colores: Estos pueden destacar un volumen o detalle específico de la construcción, o bien, se puede lograr una apariencia visual que se asemeje a ciertos aspectos del espacio.


4. Luz y sombra: al chocar sobre las superficies de los objetos, se crean diferentes sensaciones como juegos de luz/sobra o distorsiones del espacio.


5. Hora del día: La noche y el día pueden producir experiencias completamente diferentes, haciendo que un lugar cambie su carácter.


6. Percepción del tiempo: Al experimentar la arquitectura, este no es lineal y depende de muchos factores diferentes. Por ejemplo, al recorrer un espacio a través de rampas versus recorrerlo con gradas.


7. Agua: Al utilizarla como elemento de diseño, ayuda a reflejar el entorno creando una percepción única o sensaciones espaciales relacionadas con el sonido que produce al fluir.


8. Sonido: nos ayuda a comprender y navegar el espacio, como cuando medimos la profundidad de una habitación a través de los ecos.


9. Detalles: La elección de detalles como materiales naturales o artificiales, tienen un impacto en nuestras sensaciones.


10. Proporciones y escala: Si un edificio tiene una escala demasiado grande, puede darte la sensación de estar aturdido, mientras que una altura de techo más baja puede hacerte sentir cómodo.


11. Ideas: Las ideas que se plasman en el proceso de diseño también tienen un papel fundamental, ya que influyen en la experiencia global, determinando decisiones sobre mobiliario, interiores y otros elementos.


La aplicación de la fenomenología en la arquitectura permite la creación de entornos mejores que se adaptan a la percepción humana.

Al planificar una visita a un restaurante local o una exposición, ahora puedes reflexionar sobre cómo tus experiencias en un espacio se relacionan con tu percepción sensorial.


En Side FX Arquitectura estamos siempre buscando mejorar la salud mental y física de nuestros clientes, procurando crear espacios que aseguren su bienestar en todas las etapas de su vida.


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