El individuo como centro del proyecto.

Pasamos entre el 80% y 90% de nuestro tiempo en lugares cerrados.
Como hemos comentado en algunos artículos, la realidad es que pasamos entre el 80% y 90% de nuestro tiempo en lugares cerrados, y muchos de estos afectan negativamente en nuestra #salud y #bienestar. Ante este hecho es evidente la necesidad de que los espacios donde habitemos ofrezcan las condiciones óptimas para mejorar nuestra calidad de vida.
En tal sentido, desde hace varios años se viene dando una #tendencia de crear una arquitectura saludable, en donde han surgido diferentes disciplinas que buscan mejorar la calidad de los espacios donde vivimos, como, por ejemplo, la #arquitectura #biofílica, la #neuroarquitectura y el diseño #ontológico, por mencionar algunas.
Sin embargo, más allá de las diferencias de abordaje que cada disciplina tiene por mejorar el entorno construido, podemos resumir en pocos puntos las claves necesarias que un diseño hacia el bienestar debe incorporar. Inclusive, todos los puntos que mencionaremos están entre los requisitos necesarios que exige el certificado well certification creado por la empresa Delos.
Calidad de aire: El #impacto a largo plazo de un #aire contaminado puede ser muy dañino, por eso es indispensable tomar #estrategias de #diseño que tengan como objetivo lograr niveles altos de #calidad de aire en el interior de los #ambientes construidos.
Iluminación: Es importantísimo aprovechar al máximo la #luz natural, pues el tiempo, la duración y la calidad de exposición de luz es esencial en nuestra salud y bienestar. La luz regula nuestros ritmos #circadianos, los ciclos naturales del cuerpo que nos mantienen entonados con las 24 horas del día y regula nuestro tiempo de sueño y de estar despiertos.
Confort térmico: Pensar en el #confort térmico al diseñar es indispensable, pues es uno de los aspectos ambientales claves que contribuyen no solo a la calidad de sueño sino al estar cómodos y productivos a lo largo del día.
Materiales: Al escoger los materiales, más allá de tomar la decisión únicamente por sus cualidades #estéticas, se debe pensar en reducir la exposición, ya sea directa o a través del ambiente contaminado, a químicos que puedan impactar nuestra salud durante la #construcción, #remodelación o uso del ambiente construido.
Movimiento: Un diseño saludable debe promover la actividad física en la vida cotidiana, pues sabemos que todo movimiento es importante para la salud y bienestar. Por lo tanto, es fundamental que nuestros edificios, comunidades y entornos #socioculturales consideren el movimiento como una parte vital de la condición humana: y como #herramienta clave de promoción de la salud.
Mente: La #salud #mental es vital para el bienestar físico y social de todas las personas, de esta manera, es fundamental optar por estrategias de diseño que busquen abordar los diversos factores que influyen en el bienestar #cognitivo y #emocional. Es importante resaltar que la salud mental no es simplemente la ausencia de una condición de salud mental. Más bien, es un estado de bienestar, en el que las personas pueden vivir en su máximo potencial.
Estos son algunos de los puntos clave para diseñar hacia el bienestar, sin embargo, lo más importante al hacer arquitectura saludable, es tomar al individuo como el centro del proyecto y tener como propósito real, el mejorar la calidad de vida de las personas.
Lo más importante al hacer arquitectura saludable, es tomar al individuo como el centro del proyecto.
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